La seguridad en trabajos manuales es un tema fundamental para cualquier profesional o aficionado que utilice herramientas y equipos en su día a día. Sin embargo, existen errores comunes que se repiten una y otra vez, poniendo en riesgo la integridad física y la calidad del trabajo realizado. En este artículo abordaremos los fallos más habituales en la seguridad durante trabajos manuales, compartiendo ejemplos reales y ofreciendo recomendaciones específicas para evitarlos. A lo largo de las siguientes secciones, descubrirás buenas prácticas y estrategias que puedes aplicar tanto en entornos profesionales como domésticos. ¡Garantiza tu protección aprendiendo de los errores más frecuentes!
Contenido
Errores comunes al seleccionar Equipos de Protección Individual (EPI)
Ignorar la normativa vigente en EPIs
El desconocimiento o la falta de respeto por las normativas vigentes en materia de Equipos de Protección Individual puede acarrear consecuencias graves. Muchos trabajadores eligen sus EPIs solamente guiados por el precio o la comodidad, sin verificar si cumplen con la normativa europea (CE) o española. Este error es muy común en pequeñas empresas y autónomos.
Por ejemplo, un caso muy citado es el de una carpintería en Valencia donde se utilizaron guantes de protección sin el certificado requerido. Cuando un trabajador sufrió una herida grave, se comprobó durante la investigación que los EPIs no estaban homologados, lo que derivó en una sanción económica significativa para la empresa.
La solución pasa por revisar siempre la etiqueta y el certificado de los EPIs antes de adquirirlos y asegurarse de que cumplen con los requisitos del sector. Organizar sesiones informativas y consultar a un proveedor especializado puede evitar este tipo de fallos.
Usar EPIs inadecuados para el riesgo específico
Uno de los errores más frecuentes es utilizar el mismo tipo de protección para diferentes tareas, ignorando el riesgo específico de cada una. Por ejemplo, utilizar gafas de protección contra impacto mientras se maneja una sustancia química puede resultar ineficaz y peligroso.
Un caso práctico se dio en una empresa de mantenimiento industrial en la que varios empleados sufrieron irritaciones oculares. Se descubrió que todos usaban el mismo modelo de gafas, recomendado para trabajos mecánicos, pero claramente insuficiente para manipulación de productos químicos volátiles.
El paso fundamental es realizar una correcta evaluación de riesgos antes de seleccionar los EPIs y contar con formación específica para saber elegir la protección adecuada a cada tarea. Esto previene lesiones y evita complicaciones legales en caso de accidente.
Fallas en el uso y almacenamiento de herramientas eléctricas
Desconexión inadecuada y mantenimiento deficiente
Una de las principales causas de accidentes con herramientas eléctricas es no desconectarlas correctamente antes de realizar maniobras de limpieza o mantenimiento. Esto ocurre por confianza excesiva o desconocimiento de los procedimientos básicos de seguridad, lo que puede provocar descargas eléctricas o lesiones mecánicas.
En un taller de automoción de Sevilla, un operario casi pierde dos dedos al intentar cambiar el disco de una radial sin desconectarla debido a “falta de tiempo”. Este tipo de sucesos son más comunes de lo que parece y se pueden evitar fácilmente siguiendo el protocolo de desconexión total.
El consejo más sencillo y efectivo es asegurarse siempre de que la herramienta está desenchufada antes de cualquier manipulación, y realizar el mantenimiento siguiendo las instrucciones del fabricante. Además, programar revisiones periódicas reduce el riesgo de averías inesperadas.
Almacenamiento inadecuado y riesgos asociados
Otro error frecuente es el almacenamiento incorrecto de herramientas eléctricas, que genera peligros como cortocircuitos, corrosión o caída de objetos. Dejar taladros, sierras o amoladoras en lugares húmedos o inestables puede causar accidentes y deteriorar gravemente los equipos.
Un ejemplo ilustrativo sucedió en un pequeño taller familiar donde una herramienta eléctrica mal almacenada cayó desde una estantería sobre el pie de un empleado, provocándole una lesión que requirió baja médica. Además, la humedad deterioró el cableado interno de aquel equipo, aumentando el riesgo de incendio en el futuro.
Utiliza armarios adecuados, mantén todos los equipos secos y bien organizados, y establece rutinas de revisión y limpieza del área de almacenamiento. Esto garantiza la durabilidad y funcionalidad de las herramientas y la seguridad de los usuarios.
Manejo inadecuado de cargas y posturas peligrosas

Sobrestimar la capacidad física: errores al levantar peso
La confianza excesiva en la propia fuerza puede derivar en lesiones musculares y accidentes graves. Es habitual ver trabajadores manipulando objetos pesados sin ayuda, sin el uso de fajas o técnicas de levantamiento seguro.
Por ejemplo, en el sector de la construcción, es común encontrar casos de hernias discales y lesiones lumbares por intentar mover cargas superiores a 25 kg de manera incorrecta. En una empresa de logística de Barcelona, la implementación de sesiones formativas redujo los incidentes relacionados con este tipo de errores en un 60% en seis meses.
La clave está en respetar los límites personales, planificar el movimiento, y utilizar herramientas auxiliares como carretillas o eslingas cuando sea necesario. Seguir la regla de doblar las rodillas y mantener la espalda recta es esencial para prevenir lesiones.
Falta de ergonomía en tareas repetitivas
Otro fallo muy común es no adaptar la zona de trabajo a las necesidades ergonómicas del operario. Estar constantemente en posiciones incómodas o forzadas, especialmente en tareas repetitivas, puede causar lesiones a medio y largo plazo.
En talleres y fábricas, la aparición de lesiones por esfuerzo repetitivo (LER) ha sido ampliamente documentada. Un caso de estudio en una fábrica de muebles de Albacete reveló que el simple ajuste en la altura de las mesas de trabajo redujo las bajas por dolor lumbar en un 40%.
Se recomienda realizar pausas periódicas, ajustar la altura de la superficie de trabajo y cambiar de postura para evitar el desgaste físico. Una evaluación ergonómica inicial puede aportar grandes beneficios a la seguridad a largo plazo.
Prevención de accidentes: Qué no debes pasar por alto
No formación ni actualización en seguridad laboral
Ignorar la formación en seguridad es uno de los errores más graves y repetidos. Muchos trabajadores asumen que “la experiencia” es suficiente, pero los riesgos evolucionan con el tiempo, las herramientas y los materiales nuevos.
Un caso real ocurrió en una empresa de pintura donde un nuevo producto químico generó reacciones alérgicas imprevistas. Nadie había recibido instrucción sobre su uso adecuado ni sobre los nuevos métodos de limpieza, acciones que podrían haber evitado los incidentes.
La recomendación es establecer un calendario de formación y actualización anual, tanto para empleados como para autónomos, y certificar siempre la asistencia a estos cursos. La inversión en conocimientos es la mejor protección ante riesgos desconocidos o cambiantes.
Descuidar la señalización y comunicación de riesgos
Por último, el poco uso de señalización adecuada y la falta de comunicación efectiva sobre los riesgos presentes en cada área sigue provocando accidentes. Muchas zonas de riesgo carecen de carteles claros o advertencias escritas, lo que favorece el descuido.
En una nave industrial de Madrid, la falta de señalización en una zona húmeda ocasionó numerosas caídas hasta que la empresa decidió implementar paneles visibles y sesiones informativas para todo el personal. La tasa de accidentes disminuyó drásticamente en apenas dos meses.
La acción más eficaz es combinar carteles físicos con instrucciones verbalizadas regularmente y fomentar una cultura de seguridad en la comunicación diaria de cada equipo de trabajo.
Conclusión
Cometer errores en materia de seguridad puede acarrear graves consecuencias personales y laborales. Por ello, identificar los fallos más frecuentes, desde la elección incorrecta de EPIs hasta técnicas de levantamiento de peso o deficiencias en la formación, es clave para poder evitarlos.
La seguridad debe contemplarse como un proceso integral y en constante revisión. Aplicar las recomendaciones expuestas en este artículo y fomentar una cultura de mejora continua contribuirán, sin duda, a reducir incidentes y a crear ambientes de trabajo más fiables y eficaces.
Recuerda que la prevención es siempre la mejor herramienta: infórmate, evalúa, y comparte lo aprendido con tu equipo. ¡Protege tu salud y la de los tuyos trabajando siempre con seguridad!
Leer más en https://tiendadeltaller.com/
